Esta frase lapidaria que me comentó un amigo recientemente refleja su sentir y frustración sobre el funcionamiento de las empresas en sus procesos de trabajo en equipo. “La maldita política que todo lo impregna”
Se supone que los Comités de Dirección están para dar luz, guiar los esfuerzos de las organizaciones, establecer las prioridades y ser un fiel reflejo de la cultura y los valores de la Compañía. Vamos un punto de referencia en el que mirar. La realidad, como es habitual, dista mucho de ello. ¿Cuántos equipos se preocupan por madurar como tal? Revisar la forma en la que funcionan los equipos, tanto desde un punto de vista operacional (reuniones, contenidos que se discuten, etc) como desde un punto de vista de sus interacciones como individuos, es la forma de abordar este asunto clave para la mejora de la eficiencia organizacional. Los politiqueos, las coaliciones- aunque esto es lo mismo- el “por un oído me entra y por otro me sale”, son parte de un amplio elenco de conductas y dinámicas que con mucha frecuencia encontramos en las organizaciones, desde los equipos que se sitúan en la cúspide hasta los de bajo que son un fiel reflejo de aquellos y que limitan, de manera importante, la eficiencia de una organización.
Lo más descorazonador de todo, es comprobar la poca importancia que muchas organizaciones prestan tanto al desarrollo de sus lideres como al desarrollo y maduración de los equipos. Los ejercicios de “Teambuilding” , aderezados con unos ejercicios outdoor no sirven para nada., o para muy poco. Intentar acordar las reglas de juego en una reunión de convivencia fuera de la oficina, cuando no hay confianza entre los miembros del equipo, sólo conduce a decirnos y prometernos que todo será diferente, cuando lo verdaderamente importante sigue sin resolverse. Has llegado tarde y anulado algunas citas que teníamos, no me consideras cuando tu conducta es desconsiderada hacia mi, ¿por qué unas cenas y unos buenos propósitos habrían de cambiar la situación a futuro?
Descubrir las dinámicas que los miembros de los equipos desarrollan es una buena forma de desvelar el estilo de liderazgo de una organización. También lo son, el analizar como discurren las reuniones y las agendas ; si se respetan o no los inicios, cuando tiempo se les asigna a los diversos asuntos en la teoría y en la práctica, si lo que se acuerda se ejecuta o no; las rivalidades entorno a las que se estructuran los grupos y un largo etcétera.
Una parte importante del rendimiento de una organización descansa en mejorar la eficiencia de su trabajo en equipo a diferentes niveles de la organización, junto a las estrategias de apoyo individuales. Ah y si no crees en ello, a lo mejor te resulta más fácil y barato poner a los robots en la planta de arriba amigo como sugiere mi amigo.
¿Por qué crees que no hay confianza en los equipos? Todas las empresas que conozco tienen su comité de dirección perfectamente alienado, muestran sus vulnerabilidades entre ellos para crear espacios de aprendizaje y de apoyo, se comunican de manera totalmente fluida, pues no solo se escuchan sino que atienden a lo que cada uno de ellos siente. Están siempre en donde pueden ayudar más al resto del equipo, aunque sea en la central o en un cliente y tienen espíritu de generosidad con el resto, nunca creen estar en la posesión de la verdad, sino que valoran la opinión de los otros como una posiblidad. Juan Carlos, pero ¿cómo se te ocurre decir que lo que falta es la confianza? acaso la confianza no es un término que cada uno entiende a su libre interpretación y por tanto una creencia?