Una de las reflexiones que realizada Alba Otero al post de José Ignacio Echegaray “El valor de la educación” sobre la responsabilidad que tenemos los “adultos” me ha hecho pensar en la huelga general de ayer, las declaraciones siguientes y en las consecuencias que esto tiene para el futuro.
Creo que:
- no sabemos donde queremos ir
- no tenemos definido el objetivo, no solo cuantitativo tampoco cualitativo:
- qué valores, qué modelos mentales, qué habilidades, qué actitudes.
En consecuencia construimos mercados de trabajo ineficientes, sistemas de educación superior ineficientes, relaciones entre diferentes ideologías políticas y religiosas ineficientes, etc…
Como se harta de pregonar Ken Robinson nuestro sistema educativo parte de una realidad creada en los albores de la revolución industrial y socializado posteriormente por la Illustración. Ver vídeo: Paradigma del sistema educativo
Nuestras escuelas no pregonan la responsabilidad sino la acumulación de conocimientos (¿para qué queremos internet?), no fomenta la creatividad que se pierde desde el jardín de infancia hasta la universidad. Se promueve con ello el pensamiento único, no sólo el político (totalitarismos surgidos de las crisis de principios y primera parte del siglo XX), sino el pensamiento para la acción “para cada reto no hay una solución sino varias”.
El momento actual es una gran oportunidad, la sociedad todos nosotros, estamos en la disposición mental de aceptar cambios. Esos cambios no pueden ser ni propuestos ni realizados sobre a base de los de siempre, del modelo del XIX y del XX. Es hora del pensamiento divergente, del pensamiento lateral, de la búsqueda de responsabilidad frente a búsqueda de culpables.
Es la hora del hombre, cómo especie (aclaro para aquellos educados en los movimientos feministas de finales del XIX)
Si esto lo hacemos desde las instituciones políticas y sociales, sin derribarlas (revoluciones de principios del XX), tendremos el futuro en nuestras manos, en caso contrario, serán otros los que nos impongan ese futuro (mediados del XX, nacionalismos del XXI). Hay que moverse, hacer propuestas y dejar en el pasado la sed de justicia.
La justicia no existe, el sentimiento de justicia es algo que reside en cada uno de nosotros, aceptémoslo.
¡Qué gran verdad!…”es la hora del hombre”. Es nuestra hora. Hay que aprovecharla. Hay que educar bajo ese concepto. Como madre era mi objetivo, no sé si lo estoy consiguiendo. Educar para el mundo real y para saber cambiar sin fracturas el mundo real.
Gracias , Javier
Javier, muy bueno el video. Está muy en linea con lo que decimos los dos.
Me gusta mucho el vídeo Javier, el secreto de la educación… ese gran paradigma, qué es académico? qué no lo es? qué es mejor, lo académico, lo no académico? también tengo el sentimiento de que somo productos fabricados en cadena de la industria de la educación, una industria obsoleta para los tiempos que corren.