Permíteme que empiece con una pregunta… ¿Cómo te sientes?…
Tomate un instante… ¿Cuál es la emoción que ha aparecido para que decidas leer estas líneas? ¿Qué sensaciones has tenido? ¿Cómo de familiares son estas sensaciones para ti? ¿En qué otros contextos y situaciones aparecen?
Y es posible que la hayas identificado, o que no puedas nombrarla con claridad aunque sea familiar para ti…o quizá, ante esta pregunta… no tienes una respuesta…
¡Bienvenidas sean cualquiera de ellas!, porque seas consciente o no, cuando has decido empezar a leer ha aparecido una emoción. Y quizá sea otra o quizá la misma, la que hará que sigas leyendo o quizá dejes de leer. ¿Sabrías nombrarla?
Las emociones determinan la calidad de nuestra existencia y pueden desencadenarse con tanta celeridad que nuestro yo consciente no participe, reacción que puede salvarnos la vida en situaciones de emergencia o destrozárnosla si lo hacemos de forma exagerada.
¿Por qué lo hacemos? ¿Qué es lo que desencadena cada una de nuestras emociones? ¿Por qué, en ocasiones, no podemos evitar alterarnos? ¿Por qué, a veces, no somos capaces de comportarnos emocionalmente de forma constructiva y funcional?
Nuestros retos son:
- conocer e identificar los detonantes de cada emoción, los que compartimos con los demás y los que únicamente son nuestros
- ampliar el registro de nuestras emociones para poder utilizarlas de forma favorable para la consecución de nuestros objetivos y para maximizar las relaciones.
Dice Paul Eckman, psicólogo experto en la identificación facial de las emociones, que las emociones pueden invalidar las motivaciones fundamentales que impulsan nuestra vida: el hambre, el sexo y la voluntad de sobrevivir. El asco, el miedo o alguna otra emoción pueden inhibir el acto de comer o el impulso sexual, como la desesperación puede pasar por encima del deseo de vivir…. Así es el poder de las emociones.
Llegados a este punto, es indudable que gestionar emociones es gestionar nuestra vida.
Para poder gestionarlas tenemos que identificarlas, conocerlas y por supuesto tener un amplio abanico que nos permita modificarlas si la situación o el contexto en el que aparecen no es el adecuado.
Y como nos hacemos expertos en management, en gestión de equipos, de proyectos… debemos aprender a gestionar emociones… y llegados a este punto, el éxito de nuestros resultados, del equipo y de la organización pasa, sin duda, por gestionar emociones.
Y nuevamente tengo curiosidad… ¿Cómo te sientes? ¿Qué emoción aparece en este punto de la lectura? ¿A qué acción te impulsa? ¿Hacia dónde te mueve?….y sea cual sea: nómbrala; porque esa emoción que está apareciendo en este instante está determinando la calidad de tu vida.