Desde hace unos días vengo pensando que nuestro actual Gobierno bebe de las fuentes más arcaicas del marxismo europeo. Es pues un gobierno marxista, como el de Evo Morales o Castro. Después de lo ocurrido y de lo que a día de hoy sigue ocurriendo en los aeropuertos me confirmo más en mi opinión.
Para nuestro Gobierno el hecho individual no existe, sólo percibe el hecho colectivo. Las decisiones las toma en función de lo colectivo sin contar con lo individual. Los controladores son un engranaje más de la maquinaria aeroportuaria, un ladrillo en el muro” y claro ahí tenemos las consecuencias.
Los controladores, como colectivo y como personas, si en algún momento tuvieron algo de razón la han perdido totalmente y para mucho tiempo. Lo que han hecho es de un egoísmo, una falta de solidaridad, de humanidad que no tiene perdón hasta que no se compense. El problema es cómo lo van a compensar. Podrían abrir las torres los fines de semana para que los niños que pasaron horas y horas de espera o que han perdido sus vacaciones o no han visto a sus abuelos tengan una alegría. Muy idílico. Ha sido, llanamente una canallada.
Lo del gobierno es para salir corriendo, aunque sea a Alemania y tenga que darle razón a mi padre que lleva 40 años diciéndome que aquello sí que es un país serio.
Estamos frente a un conflicto laboral, que desde el primer momento, hace ya años, ha querido dirigir el Señor Ministro en primera persona (él sabrá para qué) y que está acabando con un grandísimo perjuicio para cientos de miles de ciudadanos y con unas pérdidas económicas enormes.
Si esto ocurre en mi pequeña empresa, en el mismo instante está despedido. Como despido procedente. El viernes al medio día lo primero que tenía que haber hecho el Gobierno es poner el cargo del Señor Ministro a disposición de los controladores, entendiendo que su dimisión significaba parar esa ignominia. Pero, para Gobernar hacen falta líderes y nosotros…
Ahora la culpa se está poniendo en lo que ha causado su actuación, la del Ministro, y no es la actuación. Diferencia muy sutil que juega a favor del marketing gubernamental.
Aún siendo todo esto importante, porque posiblemente se podría haber evitado el mismo viernes, lo que me parece terrible es que sigamos creyendo que con medidas de fuerza se pueden gestionar a los trabajadores, ha trabajadores privilegiados económicamente e intelectualmente.
Este tipo de colectivos, requiere más que otros de la acción individual. Se necesita generar compromiso individual con lo que se hace y con quien es afectado por lo que se hace. El compromiso es una actitud, la de cumplir “con (la) promesa” dada. La promesa se da si se tiene confianza en a quien se le hace y en uno mismo de cumplirla. Vídeo (compromiso)
Para acabar con el “problema” de los controladores hay que actuar sobre la confianza entre las partes y no sólo sobre la legislación laboral.
El uniforme en la torre de control no genera confianza, el exponer al de enfrente a la lapidación verbal pública tampoco, el regular la actividad por real decreto tampoco, el hacer huelgas salvajes tampoco, en definitiva el mantener una actitud “chulesca” por ambas partes tampoco. Vídeo Confianza
Sólo queda, por tanto, algo de lo que nuestro Gobierno se le ha llenado la boca en estos años, el diálogo, (me evito mencionar que ha hablado hasta con el diablo) y la tolerancia, aunque no estoy seguro de que sepan que significa.
Para solucionar este embrollo, sugiero que hable, se ponga el traje de tolerante, que no aceptante y vaya preparando un plan para que en las Navidades del 2011 el 80% de la plantilla de controladores haya cambiado, empezando por sus jefes y terminando por los aprendices.
La palabra es compromiso, tiene usted que generar compromisos individuales con lo que cada persona hace, empezando por Usted. Se tienen que mantener conversaciones de negociación desde posiciones empáticas y no necesariamente enfrentadas. Si el de enfrente no actúa de ese modo, Usted que es el Gobierno, tiene la obligación de empezar las conversaciones haciéndole ver a la otra parte esa necesidad y si no es capaz, por favor deje a los profesionales.
Hola Javier,
Mira los controladores son unos canallas que además han picado el anzuelo. Pero lo del Coronel Blanco no tiene nombre. Este inutil en busca de la cruz del merito si que nos sale caro a todos los Españoles……… resulta que nos va a costar la juerga más de 1.2 Billion de Euros, algo así como 3 veces la nomina de los necesitados controladores ¡¡¡¡¡¡¡
Y encima como los Tribunales no tienen asuntos pendientes, toma demandas colectivas.
Esto es como dice tu Padre para salir corriendo.
Lo triste es que estos inutiles sin cualificación nos han llevado a una ruina de una magnitud tal que tendrán que pasar muchos años para que España pueda ser un pais a tomar en serio.
Mejor vayamos aprendiendo Alemán.
saludos
Javier, lo que han hecho los controladores no tiene nombre, con eso digo todo.
Nuevamente, el Gobierno ha vuelto a hacer gala de una de las pocas habilidades que posee: hechar a la opinión publica enciama de su adversario. Todo ello para tapar la pésima gestion que, tanto en este como en otros muchos asuntos, acostumbra a realizar el Gobierno. Tan es así, que a duras penas hemos podido saber cuales han sido los motivos por los que los controladores han hecho esta salvajada. Bajo ningún concepto los argumentos de los controladores justificarian la barabaridad que han cometido, pero si hubieran dejado “con el culo al aire” al Gobierno por tan desastrosa gestión.
Efectivamente, palabras como dialogo, tolerancia, tranparencia, confianza, etc., no estan en el diccionario que utiliza el Gobierno.
Parece un contrasentido que esté continuamente achacando a la Oposición su falta de dialogo (por cierto, habría que aclararle al Gobierno que dialogo no es aceptar sus postulados sin más), y no haya sido capaz de manejar con un minimo de mano izquierda este conflicto. No, ha preferido tirar de Decretos-Leyes y meter a los militares en las torres, ¿a qué me recuerda esto?.
No es por arrimar el ascua a nuestra sardina, Javier, pero estoy seguro que si nos dejan tener unas sesiones de trabajo con el Gobierno, algo aprenderían, aunque ya sabes que para “aprehender” lo primero que hace falta es tener la voluntad de.
Jose Ignacio Echegaray.