El pasado jueves congregamos en un desayuno a varios directivos de empresas multisectoriales, bajo el título “Unitasking, otro nivel de productividad”, pero la reflexión y el debate derivaron hacia los hábitos productivos cotidianos y el grado de consciencia sobre ellos.
Tras una emotiva apertura en la que participaron todos los asistentes, se hizo una introducción sobre el tema: multitarea vs. monotarea, abarcar vs. profundizar. Punto de partida: ambas formas de trabajar son extremadamente útiles en ciertos momentos. El reto es tomar decisiones conscientes al respecto.
La sociedad promueve y premia la multitarea o “multitasking”. El entorno de súperconectividad en el que vivimos nos hace estar constantemente expuestos a estímulos y a información que nos llegan por múltiples canales y que nos obliga a estar conectados de manera permanente con el mundo exterior. Y ¿qué pasa con nosotros? Es nuestra responsabilidad decidir hasta qué punto queremos ser esclavos de ese bombardeo continuo u optar por momentos de pausa y de autocuidado, donde tomemos conciencia de cómo nos sentimos y qué nos dice nuestro cuerpo.
Tomar conciencia y decidir si responder de manera consciente o reaccionar en modo automático ante las situaciones depende de nosotros y marca la diferencia entre ser esclavos de la inercia o tomar el control desde la consciencia.
¿Hasta qué punto tomamos decisiones conscientes sobre nuestro tiempo?, ¿gestionamos el tiempo, priorizamos o nos dedicamos a apagar fuegos? La percepción de pérdida de control sobre nuestro tiempo es un factor que provoca un alto nivel de malestar, pudiendo desembocar en estrés.
El estrés surge ante la percepción de incapacidad para abordar una situación que nos resulta desbordante o amenazante. Experimentar sensación de estrés en determinados momentos resulta beneficioso, nos permite estar más activos, alerta y responder de una manera efectiva. Por el contrario, vivir en situación de estrés de manera continuada tiene un impacto perjudicial en nuestra salud física y mental.
En estas situaciones de estrés lo fácil es funcionar en piloto automático, seguir haciendo cosas sin pensar en lo que hacemos. Ejercitar la presencia consciente en los momentos de tensión es vital para llevar la productividad a otro nivel. Es recomendable tomar decisiones conscientes sobre mis hábitos productivos y lo que requiere cada tarea de mi.
Esa presencia se puede ejercitar practicando en cualquier actividad meditativa o deportiva. La simple acción de llevar mi atención a un lugar concreto, mi respiración, las sensaciones de mi cuerpo al correr o saborear cada bocado en la comida, son el gimnasio diario en el que puedo trabajar mi voluntad consciente. Una bonita manera de incrementar mi área de responsabilidad sobre mi bienestar.