Siempre es la mayor reforma que se ha abordado en nuestra democracia, por unas causas o por otras. Lo que siempre pasa es que no sirve para nada. Llevamos 30 años negociando lo mismo y nada nuevo bajo el sol. La consecuencia, que el mercado laboral no cambia.
SI QUEREMOS RESULTADOS DISTINTOS HAY QUE HACER ALGO DISTINTO
Al leer el borrador de la reforma, que hoy se hará ley, mi imaginación vuela a las primeras décadas del siglo XX. La defensa de una clase social frente a la otra, o lo que es lo mismo el enfrentamiento entre trabajadores y patrones. Lo que me pregunto es si hoy, en el siglo XXI los trabajadores quieren ser defendidos de igual manera que hace 100 años.
Para que un trabajador, cualquiera, pueda entender lo que se va a firmar hoy día 10 de junio tiene que pasar por la facultad de derecho y no solo un curso, sino varios. ¿De qué sirve algo que los supuestos implicados no pueden entender? ¿Por qué lo hacemos todo tan complicado?
La reforma laboral, en mi modesta opinión debería empezar por cambiar la cultura de dirección de nuestros líderes y la de nuestros trabajadores. Quizá haya que pactar en la mesa de la reforma laboral el contenido de la asignatura de “educación para la ciudadanía” No estaría mal, mirando al futuro, unos 30 años, podremos cambiar nuestro mercado laboral y acabar con su raquitismo, su estrechez de miras y sobretodo imponiendo una nueva manera de entender las relaciones laborales, que antes que eso son RELACIONES ENTRE PERSONAS
Estamos tan anclados y encorsetados por códigos y reglamentos que creemos que esa es la única realidad. MENTIRA, no son más que creencias que defienden el status quo de los actores y que no nos dejan avanzar.
REFORMEMOS EL MERCADO PENSANDO EN LOS PEQUEÑOS, EN LOS CREADORES DE EMPLEO.
La base está en la formación, en la educación. Sin cambiarla, no podremos afrontar y regenerar las profundas reformas que tenemos que realizar, no como país, sino como sociedad.
Ocho puntos que se me ocurren, deberían primar en una nueva mesa para crear un mercado laboral facilitador del empleo son:
- Potenciar la transparencia. Crear servicios públicos que se apoyen en el sector privado para facilitar el reclutamiento y la incorporación de trabajadores a las empresas.
- Quitar trabajas a los acuerdos entre particulares. Potenciar los acuerdos de empresa. Las agrupaciones de trabajadores no tienen que ser exclusivamente las más representativas del reino
- Fomentar el emprendimiento. Crear una red de apoyo a los emprendedores, apoyándonos en las empresas privadas (su parte de responsabilidad social), desde los colegios y especialmente intensa en la universidad
- Dar premio a los emprendedores, bonificarlos, crear periodos de carencia en los impuestos, facilitar los trámites. Introducir agilidad en los procesos burocráticos de creación de empresas o de contratación.
- Procurar que la legislación laboral esté al alcance de cualquiera, como el carnet de conducir. Que se entienda y que aplique los principios de sentido común y pragmatismo
- Formar a todos los directivos, no sólo a los trabajadores, en algo tan simple como la gestión de equipo. El liderazgo se aprende.
- Inculcar desde todos los ámbitos educativos la idea de la productividad como medio que beneficié a todas las partes implicadas en los procesos de generación de valor
- Crear los canales que adecuen la formación a las necesidades de las empresas
Las diferentes reformas laborales no han sido, no son, más que reformas del terreno de juego. Con independencia de que haya hierba o tierra lo importante es que la pelota esté dentro de las líneas (tenis) o entre en la portería (futbol). El terreno debe ser el más adecuado para facilitar el objetivo, pero no es el objetivo en sí mismo.