Llegó la navidad y llegaron los mensajes de buenos deseos. Llegó el momento del año en que casi todos, en una parte del globo enorme, nos ponemos de acuerdo en algo. Con mayor o menor entusiasmo nos cruzamos el deseo de paz y amor, con mayor o menor hipocresía nos ofrecemos felicidad y alegría.
Este año quiero desearos que no tengáis miedo, que el miedo desaparezca de vosotros, que olvidéis, al menos por unos días, la enormes consecuencias que tiene para cada uno de nosotros el miedo.
Miedo al ridículo, miedo a no ser considerado, miedo a perder lo querido, miedo a confundirnos, miedo a caer en desagracia, miedo a no alcanzar el objetivo, miedo a no ser mejor, miedo a perderse, miedo a ser olvidado, miedo a no reírnos, miedo al prójimo, miedo al amor, miedo al propio miedo……
Sí, alguien nos dirá que un poco de miedo no es malo, nos mantiene en alerta, pero…¿nos mantiene en alerta para qué, a qué tenemos miedo para mantener ese estado de vigilancia?
¿Cómo sería un mundo sin miedo? Quizás sería el de la colaboración, de la confianza, del soporte mucho, de la sinceridad, de la transparencia, de la amabilidad, del desahogo; el mundo de compartir, de la generosidad, de la vida, del amor, de la felicidad,…..
Os deseamos unas Navidades donde abandonéis todo rastro de miedo y que vuestros sueños se hagan realidad.