¿Cuántas veces te has sentado frente a alguien y has pensado…?
- ¿Qué quiero conseguir?
- ¿Para qué lo hago?
- ¿Cómo sé que lo estoy consiguiendo?
O tal vez pensaste….
Hablar con él/ella es una lucha constante, ya no sé cómo afrontarlo
¿Nos suenan estas frases?
Desde que posición nos ponemos cuando tenemos que iniciar una conversación “difícil”. Incluso si creemos que estamos enfocados al objetivo que perseguimos, casi siempre lo hacemos desde nuestro “modelo mental” y nos debemos preguntar ¿tenemos en cuenta el modelo mental de nuestro interlocutor? y si es así ¿desde que óptica lo estoy observando? ¿desde la mía o desde la suya?
A través de la aplicación de la metodología Metaplacement te ayuda a enfocar las competencias necesarias para establecer “conversaciones eficaces y eficientes” , lo principal es poner el foco en nosotros mismos, desde el punto de vista de la responsabilidad que tenemos, teniendo en cuenta lo que piensa y “siente” nuestro interlocutor.
Hemos de tener en cuenta que cualquier conversación genera acción (responsabilidad), abre y cierra conexiones (confianza), construye o destruye vínculos (relaciones), provoca futuros diferentes (resultados), tres principios básicos:
- Toda conversación tiene una estructura que empieza por generar contexto, definir el objetivo de la misma y se cierra con un plan de acción.
- Las conversaciones eficientes se basan mas en la pregunta para entender y conseguir reflexión en nuestro interlocutor que en los principios tan manidos y poco eficientes que se desarrollan desde la argumentación y el ego.
- seamos conscientes que el sentido en las conversaciones no solo esta en la esfera verbal (lo que decimos), también es importante gestionar la corporalidad y por supuesto las emociones, tanto las explicitas como las latentes.
Para cerrar, no nos engañemos y tengamos en cuenta que si decidimos no mantener la conversación ya estamos desarrollando con nuestro interlocutor UNA CONVERSACIÓN.