Ayer he leído un libro que, por su titulo, despertó mi curiosidad cuando llegó a mis manos: “La Ley del Espejo. Una regla mágica que da solución a cualquier problema en la vida”, autor Yoshinori Noguchi (Ed. Comanegra).
Creo que todos estamos un poco cansados de leer libros que ofrecen formulas mágicas, y más aún, si es para solucionar cualquier problema, ¡casi nada!.
Sigo sin encontrar el “bálsamo de Fierabras” que todo lo cura y, en este caso concreto tampoco lo he descubierto. No obstante, tengo que decir que este libro tiene cosas muy interesantes. No lo cura todo pero si ayuda a resolver algunas situaciones.
Noguchi dice que la realidad de tu vida es el espejo que refleja tu interior. Sin espejo, uno no puede verse a sí mismo y gracias al espejo, que es la vida, podemos darnos cuenta de lo que somos y podemos cambiar.
Cuando nuestros sentimientos hacia una persona no son positivos, normalmente, lo que hacemos es adoptar el papel de víctima. No pensamos lo que siente la otra persona. No nos hacemos responsables de lo que ocurre porque “la culpa” siempre es del otro. Llenamos nuestra cabeza de argumentos para justificar nuestra actitud con esa persona, pero no nos hacemos cargo de la situación, lo dejamos en manos del otro.
Cuando eres capaz de reflexionar preguntándote ¿Cuál es mi actitud hacia esa persona? ¿para qué mantengo esa actitud? ¿qué puedo hacer yo para cambiar la situación? asumes tu responsabilidad y descubres en el otro cosas que antes no veías o no querías ver. Ves a la persona desde otra perspectiva, ves la otra cara de la luna, cosas que nunca habías visto antes. Entonces te das cuenta de que tú eres parte activa de esa relación y que tu también haces sufrir al otro. A través de la realidad estás viendo en el espejo tu interior.
En ese momento es cuando brotan los sentimientos de agradecimiento y de disculpa que te conducen al perdón.
Noguchi comenta en su libro el caso de una señora que tiene un hijo con problemas de relación en el colegio y, ante la insistencia de su madre al preguntarle qué le pasa, el niño no se abre. Trata el tema con un psicólogo que le dice que piense si ella tiene una mala relación con alguien cercano. Efectivamente la relación con su padre nunca había sido buena. Muy resumidamente; a través del perdón a su padre se soluciona el problema del hijo.
Creo firmemente en el perdón, en el proceso descrito a través del cual se llega al perdón y en los beneficios que reporta a ambas partes, pero que perdonando a mi padre, de rebote, se resuelvan los problemas exógenos que estén causando a mi hijo problemas de relación con sus compañeros, creo que tiene más que ver con el “Bálsamo de Fierabras” que con cualquier proceso.
Si alguna vez descubro la fórmula mágica, no me la quedaré, la compartiré con todos vosotros.
Jose Ignacio Echegaray
Quisiera saber si para poner en practica los ocho pasos, podemos escogernos a nosotros mismos?
Es que en mi caso, aunque muchas personas y en especial, mi pareja me ha hecho mucho daño, creo que en el fondo yo tambien he hecho y me he hecho.
Espero su respuesta, gracias
Estimada María,
Gracias por tu comentario.
Jose Ignacio está fuera de la oficina en un proyecto. En cuanto vuelva, le remitimos tu solicitud.
Un saludo.
Las Personas de Persona