Un año más por estas fechas, don Carnal se prepara para su encuentro en unos días con Doña Cuaresma.
Un año más desde todos los rincones del mundo, cada cual a su manera, celebra el carnaval.
Un año más surge como la espuma ciertas actitudes como la euforia, la alegría, el ardor, el optimismo, la satisfacción….
Un año más aquellos que son carnavaleros, juntan la actitud con el comportamiento. La euforia la envuelven en disfraces, la alegría se plasma en los bailes, el ardor se plantea en los desfiles, el optimismo en las comparsas, coros y chirigotas, la satisfacción se vislumbra en las acciones….
Ante esta situación vemos que la conexión entre actitud y comportamientos es básica para conseguir enfocar nuestras acciones.
En los procesos de sales coaching, cuando trabajamos con los comerciales, vemos que lo que diferencia a unos de otros es que mientras unos se quedan en la declaración de lo que tienen que hacer de manera diferente, otros cambian su manera de actuar, sus hábitos y en consecuencia sus comportamientos.
Lo importante no es decir lo que se quiere hacer, sino lo que efectivamente se termina haciendo. La gente puede pensar, percibir una cosa, pero al final “hace” otra cosa.
Con ello si la actitud determina nuestro estado de ánimo el comportamiento define la acción que realizamos.
La actitud es importante, pero los comportamientos son los que definen los resultados.
Por ello lo importante ante un proceso comercial no es solo la actitud sino los comportamientos que ella conlleva.
Quizá alguna de estas preguntas puede ayudar a comulgar actitud con comportamiento
¿Cuál es tu objetivo que es lo que te gustaría conseguir?
¿Qué crees que necesitas para que esto ocurra?
¿Qué te empuja a actuar como lo estás haciendo?
¿Qué sentimientos te provoca tu actuación?
¿Qué sentimientos crees está teniendo el otro con tu actuación?
¿Con que te conformarías, si crees que la solución total no es factible ahora?
Efectivamente, José Manuel. Al final estamos hablando de COMPROMISO que, como ya sabemos, sólo se demuestra con ACCION y ésta depende de nuestra ACTITUD…
La base del buen comercial, durante siglos, fue el conocimiento del producto y las técnicas de venta. En el siglo XXI estamos aprendiendo que esto es necesario pero no suficiente. Empalizar, leer las emociones y adecuar nuestra actuación a la persona que representa el rol de cliente, cierra el círculo. Sales Coaching, ni más ni menos.
preguntas para anotar y para hacerse y no solo en el momento de la actividad comercial.
Javier decía en un artículo, también relacionado con Sales Coaching: “…las cosas se pueden cambiar, por muy difícil que sea”. Está en nuestra mano, actuemos!!!!