Que vivimos unos tiempos turbulentos de profundos cambios sociales, económicos, políticos, tecnológicos, profesionales…y que los cambios se producen a una gran velocidad, ha dejado de ser una novedad. Para constatar todo esto, sólo hace falta mirar internet, encender la televisión o en un ámbito más cercano, escuchar los cambios que se anuncian en nuestra organización. No podemos dejar que esta situación nos domine ya que corremos el riesgo de quedar al margen de nuestra actividad y entorno profesional. Debemos aprender a afrontar con éxito los retos que dichos cambios plantean. Dicho esto, la pregunta esta en el cómo hacerlo.
Existen dos ámbitos de actuación que hay que contemplar:
En el ámbito profesional y personal es necesario reflexionar acerca de nuestro “saber hacer” , de la obsolescencia o comerciabilidad de nuestro principal activo, nosotros. ¿Cuál es mi objetivo personal y profesional? ¿Están alineados? ¿Qué nuevos conocimientos, habilidades, experiencias he desarrollado en los dos últimos años? Como decía Tom Peters en uno de sus libros, comparemos nuestro curriculum actual con el de hace un par de años y si vemos que son muy iguales es que estamos estancados.
Las preguntas anteriores nos remiten a un ámbito de análisis y decisión que pone el foco en la persona, en todos y cada uno de nosotros, y en nuestra libertad de elección. Para ejercer dicha libertad de elección tenemos que desarrollar las habilidades que nos han de permitir afrontar los nuevos retos y así abandonar el “victimismo” que nos imposibilita actuar.
En el ámbito de las organizaciones también es preciso actuar y esta es una responsabilidad de la dirección de la organización en su conjunto. Nos encontramos en una nuevo tiempo y una nueva era en la que es preciso utilizar y estimular la inteligencia de todas las personas de la organización. Tenemos un aluvión de información que es necesario procesar con sentido, de manera eficiente, estimulando la creatividad y la innovación de todos. Ello requiere que la alta dirección de las organizaciones lleve a cabo un cambio cultural que ponga el acento en:
A) Compartir experiencias como base del aprendizaje y como elemento que potencie la confianza y el compromiso
B) Impulsar un nuevo modelo de liderazgo que potencie el trabajo en un entorno de colaboración
C) Potenciar y desarrollar el valor de los equipos multidisciplinares como elemento para conseguir mejores resultados y una verdadera transformación.
D) Incorporar metodologías activas de aprendizaje y desarrollo como por ejemplo el coaching y mentoring . Las redes sociales, social media y en general todas las tecnologías 2.0 son un magnífico vehículo para adaptarse a situaciones que cambian con rapidez.
El cambio ha llegado para quedarse, ya no valen los viejos paradigmas ni las viejas estrategias para afrontarlos con éxito. Hay que tomar las riendas en el ámbito personal y profesional que nos corresponde. En el entorno organizativo es preciso ahondar en los cambios estructurales que enumerábamos más arriba y esta labor corresponde a los Comités de Dirección, . Aquí función de Recursos Humanos ha de jugar un papel de impulsora y arquitecta.
Las personas no se oponen al cambio, a lo que se oponen es a ser cambiadas. Tocas un tema que cada vez me interesa más: colaboración integrada con la competitividad. Si el das un vistazo al libro de “Eduardo Punset; Viaje a la Felicidad” te gustará. Gracias por este hermoso post.
Buen post Juan Carlos, solo falta que de una vez por todas interioricemos reflexiones de este tipo y que nuestros comportamientos sean acordes a nuestras responsabilidades y compromisos.
Ardua tarea la que tienen que hacer las Direccciones de RRHH, si no lo hacen estarán alejados de las nuevas realidades.