“El hablar nunca es un acto inocente” Rafael Echeverría
El inconsciente es aquella parte de nuestro pensamiento de la cual no somos conscientes pero de la que dependen nuestras decisiones, acciones, emociones y comportamientos en un 95%.
Nuestra parte consciente constituye el 5% restante de nuestro pensamiento. Es la parte de pensamiento de la que somos conscientes mientras estamos despiertos. Es esa voz de nuestra cabeza que funciona de manera lógica y racional.
Lo importante a destacar aquí es que cuando decimos algo conscientemente, puede tener efectos en nuestro inconsciente.
¡Nuestro inconsciente no hace juicios. Acepta todo lo que decimos, siempre dice «sí» a todo. Nos ama y nos proporciona lo que nosotros afirmamos!.
Si elegimos pensamientos de pobreza, entonces el inconsciente entenderá que eso es lo que deseamos, y continuará dándonos pobreza hasta que decidamos cambiar nuestros pensamientos por otros que realmente deseemos materializar.
Cualquier frase despectiva que pronunciemos sobre nosotros mismos, aun cuando la digamos con la intención de divertir a los demás, nuestro inconsciente la aceptará como verdadera.
Cuando hacemos comentarios despectivos sobre otras personas. El inconsciente no distingue entre tú y los demás. Escucha tus palabras y cree que hablas de ti mismo. La próxima vez que pienses criticar a alguien, pregúntate por qué piensas eso de ti mismo. Vemos en los demás sólo aquello que vemos en nosotros mismos. En lugar de criticar a los demás, elógialos, y verás cómo notarás un enorme cambio en ti.
La buena noticia es que siempre podemos elegir nuestros pensamientos.
La forma en la que nos hablamos a nosotros mismos y a los demás es una poderosa herramienta que influye en nuestras vidas más de lo que creemos. ¿Te ha pasado lo típico de decirte a ti mismo “no puedo fallar, no puedo fallar” y fallas…? Las causas están arraigadas en esta misteriosa parte de nuestro cerebro, el inconsciente.
Os animo a expresar y pensar vuestros deseos afirmativamente, dejar de decir “no puedo” y comenzar a decir “debo mejorar”. Dejar de “negarnos” y comenzar a “afirmarnos”.